El sistema tributario juega un papel crucial en la economía, y una de sus mayores prioridades debe ser garantizar eficiencia, equidad y simplicidad. En este contexto, la eliminación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en las facturas emitidas al Estado representa una oportunidad para optimizar el ciclo impositivo, reducir costos administrativos y fomentar una mayor competencia en el sector público.
El Estado como recaudador del IVA
El IVA es un impuesto indirecto que grava el consumo, y su propósito es recaudar ingresos para el Estado. Sin embargo, cuando el propio Estado paga este impuesto como parte de los contratos y compras que realiza, el ciclo se vuelve redundante:
• El Estado no recupera el IVA que paga. Aunque lo recauda en otras transacciones, este impuesto aplicado a sus propias compras genera una transferencia circular innecesaria.
• Costos administrativos innecesarios. Cada operación con IVA implica procesos contables, de declaración y liquidación que requieren tiempo y recursos, tanto para el sector público como para las empresas contratistas.
Eliminar el IVA de las facturas emitidas al Estado permitiría que los fondos destinados al pago de bienes y servicios sean usados de manera más eficiente, reduciendo los costos administrativos asociados.
La introducción de la Factura Estatal
Una solución práctica sería crear un documento fiscal específico, denominado Factura Estatal, que permita a las empresas facturar al Estado sin incluir el IVA. Este enfoque:
1. Simplifica el ciclo contable: Al eliminar el IVA de estas facturas, las entidades públicas y las empresas privadas reducen trámites relacionados con la gestión de este impuesto.
2. Evita distorsiones fiscales: Actualmente, algunas empresas pueden emitir facturas exentas, lo que les da una ventaja competitiva frente a otras que deben incluir el IVA en sus precios. Con una Factura Estatal, todas las empresas compiten bajo las mismas reglas.
Impacto en la competencia y el ahorro público
La igualdad de condiciones entre proveedores fomenta una competencia más justa, lo que genera:
• Mayor número de oferentes: Empresas que antes enfrentaban barreras competitivas por el IVA ahora pueden participar en licitaciones públicas.
• Reducción de costos: Más competencia implica una mayor presión para ofrecer precios competitivos, lo que se traduce en menores costos para el Estado.
• Transparencia: La eliminación del IVA facilita comparar ofertas, ya que se evita la confusión sobre si los precios incluyen o no este impuesto.
Además, al eliminar el IVA en estas transacciones, el Estado reduce los tiempos y recursos asociados con su procesamiento interno, permitiendo que esos fondos y esfuerzos se destinen a prioridades más apremiantes.
Un sistema más eficiente y justo
En resumen, eliminar el IVA en las facturas emitidas al Estado mediante la implementación de una Factura Estatal es una medida que combina eficiencia fiscal, ahorro económico y justicia competitiva. Los beneficios son claros:
1. Ahorro directo en el ciclo impositivo.
2. Menores costos administrativos.
3. Mayor equidad entre los oferentes, impulsando la competencia y reduciendo costos para el sector público.
Esta reforma no solo representa un avance técnico, sino una señal clara de modernización y compromiso con la eficiencia en el gasto público. Adoptar un enfoque como este podría marcar un hito en la mejora de la gestión fiscal y en la relación entre el sector público y el privado.
Gonzalo Paredes Quezada.
Ingeniero Civil Industrial.
Magister en Ingenieria de Negocios.
U de Chile.
Empresario/Fundador Xmartlab y Verant
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